miércoles, 8 de mayo de 2013

Entrevista con Mercedes Milá

MERCEDES MILÁ

Nos atiende una de las personas con mayor repercusión televisiva. Mercedes, nos muestra su cara más periodística haciendo un repaso a la situación actual de la profesión y la importancia que están cobrando las redes sociales.


Mercedes, para usted ¿qué es el periodismo?

R- Mi oficio, mi profesión, el trabajo con el que me gano la vida desde hace 40 años. El periodismo es hacer preguntas, investigar, hacer de intermediario entre la gente y los poderosos; explicar las cosas que ocurren de forma sencilla y comprensible.


Existe la creencia generalizada de que se ha perdido la objetividad y la honestidad en su profesión. ¿Qué opina usted de ello?

R- Hace mucho tiempo, casi desde que empecé, que escucho decir cosas como esa. No me gusta generalizar. El periodismo, los periodistas honestos, siguen luchando por acercarse a la objetividad sabiendo que nunca lo lograrán del todo. Solo los lectores, los telespectadores o radioyentes, deciden qué se creen y que no.
En nuestro mundo vivimos un momento glorioso de protagonismo de la gente a través de las redes sociales y, para mí, eso hace que estemos más lejos que nunca de la mentira porque cualquiera, con un móvil, puede contar lo que conoce o ha vivido dejando con el culo al aire al periodista o medio de comunicación más poderoso. Es decir: para mí vivimos una época preciosa de libertad de expresión y de periodismo.


<<En nuestro mundo vivimos un momento glorioso de protagonismo de la gente a través de las redes sociales >>


-Según el código internacional de ética periodística (promulgado por la UNESCO), “La tarea primordial del periodista es proporcionar una información verídica y auténtica con la adhesión honesta a la realidad objetiva, situando conscientemente los hechos en su contexto adecuado.”
¿Cree que esto se cumple?

R- Si te dijera que sí, en general, sería una estupidez. Si digo que no, ocurriría lo mismo. Prefiero matizar y analizar los casos de forma individualizada.


-Suponiendo que usted trabaje en lugares donde la regulación periodística esté muy condicionada, como es el caso de países como Cuba o Corea del Norte, ¿Cómo cree que afrontaría la limitación estatal?

R- Tengo experiencia: he vivido mi profesión en el franquismo. Había que agudizar el ingenio y acordar con los receptores de nuestro periodismo unas claves para que nos entendiéramos sin acabar en la cárcel. Trabajar en una dictadura es difícil y quizá por eso, valoro tanto la libertad y me quejo menos que la gente que no habéis conocido ese mundo.


-¿Recuerda usted alguna situación en la que se haya visto limitada por la ley?

R- Yo perdí mi trabajo en el año 1973. Fui expulsada de TVE por un absurdo tema político. Me vi obligada a excusarme de algo que ahora nos parecería ridículo, para poder recuperarlo.




-En la actualidad, el uso de Internet ha provocado que exista información poco fiable. Puesto que mediante el uso blogs, foros y twitter se puede ser “creador de información” ¿Qué piensa acerca de esta situación?

R- Soy muy optimista en ese asunto. Es evidente que el anonimato de Internet crea situaciones injustas pero también facilita la intervención de gente anónima que ofrece información muy valiosa. Vivimos momentos de comienzos pero la situación se irá asentando y, una vez más, el público escogerá a quién creer.   



-Existen mentiras promulgadas por fuentes de información que tienen como fin el provocar un impacto en la opinión pública. ¿Considera que debería existir una regulación en Internet más estricta, de forma que la desinformación fuese penalizada?

R- Creo que eso sería poner puertas al campo. Tengo la impresión de que las leyes existentes, con los cambios y matices que se van necesitando, serían suficientes.


<<Fui expulsada de TVE por un absurdo tema político. Me vi obligada a excusarme de algo que ahora nos parecería ridículo>>

-A la hora de elaborar un programa como “Diario de”, ¿En qué medida se debe de ser prudente con los contenidos? 

R- El director de “Diario de...”, Alberto Muñiz y su subdirector, Nino Fontán, son dos periodistas extraordinarios que miran con lupa el contenido de nuestros reportajes. El rigor, el contraste en la información, es la base de nuestro trabajo y eso hace que la prudencia, que no el temor, esté siempre presente.



-¿Es usted consciente de su responsabilidad social? ¿Cómo lo afronta?

R- La televisión te da una fama tan brutal que tienes que administrarla y, por encima de todo, desde mi punto de vista, repartirla. Procuro que en mi trabajo, la responsabilidad social esté siempre presente. Aunque parezca exagerado, un programa como Gran Hermano, puede ayudar a mucha gente en campos muy diversos. Los mensajes que emitimos, las ideas en las que hacemos más hincapié, tienen que ser útiles, efectivas, morales. Somos un programa de entretenimiento pero jamás olvido la responsabilidad social que tenemos. Llegamos a muchísimas personas y desde semejante tribuna, está en tu mano, aunque solo sea a aliviar, el sufrimiento por unas horas. 




Queda prohibido reproducir, copiar o hacer uso de esta entrevista sin previo permiso.


Hijos de los Noventa

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